sábado, 28 de marzo de 2015

Raíles de nieve hacia el pico Foratulas


La temporada invernal ha llegado a su fin y con el comienzo de la primavera, las pistas de esquí se preparan para su cierre. Sin embargo, ahí sigue la montaña, majestuosa y radiante, vestida de blanco, dando la bienvenida a todos aquellos que nos adentramos en sus confines para evadirnos de nuestro día a día y sumirnos en un sueño hecho realidad.

Este fin de semana, vuelvo a contar con la grata visita de algunos compañeros del club As cimas. En esta ocasión nos dirigimos hacia el pico Foratulas. 

De nuevo y como ya es habitual este invierno, comienzo la actividad habiendo dormido una miseria y con un sueño descomunal. Pero la compañía y la actividad lo merecen.

Comenzamos el ascenso desde el balneario de Panticosa y ascendemos siguiendo la ruta hacia los ibones de Brazato. El primer tramo vamos ascendiendo poco a poco, cruzándonos con mucha gente, que ha decidido disfrutar del magnífico día con el que se nos ha premiado hoy.  Chino chano, vamos ascendiendo hasta que llega un punto en el que nos desviamos de la ruta del Brazato, para girar a mano derecha y encaminarnos hacia el valle conocido como “La nevera del Foratulas”.  Desde este punto contemplamos nuestro destino final así como todo el recorrido de ascenso por el valle.

Iniciamos el ascenso...

y avanzamos entre luces y sombras...
alejándonos cada vez más del balneario 
Nos desviamos de la ruta normal... 
y tras un rato ladeando...
llegamos a "La nevera del Foratulas"
En este punto la nieve, siempre caprichosa, cambia a nuestros pies y nos muestra su cara más amarga. Durante nuestro ascenso, la costra superficial de la nieve se resquebraja ante el impasible avance de nuestros esquíes, produciendo constantes crujidos. Pero ajenos a los quejidos del blanco elemento, nuestro ritmo no cesa, hasta que llegamos al collado entre el Foratulas central y oriental, momento en el cual abandonamos nuestros esquíes. Desde aquí afrontamos el último tramo de ascenso a pie, entre las rocas y las placas de hielo de la cumbre pelada por el viento.

Ascendemos sobre la nieve costra...
asistiendo a un gran espectáculo de luces y reflejos 
Salimos del tubo por el que hemos ascendido...
y encaramos el ultimo tramo hacia el collado 

Y tras unas horitas de subida, estamos en la cima. Momento pues de las obligadas fotos de postureo, del almuerzo y de un rato de charlas y risas.

Cima del Foratulas, con Argualas, Garmo, Arnales y compañía al fondo 

Isa y Pablo con la Sierra Tendeñera de fondo 
Diego de banderola en la cima 

Ese grupazo de traveseros 

Yo con Telera de fondo
Finalmente nos dirigimos de nuevo monte abajo. Nos calzamos los esquís en el collado, conscientes de que si la nieve no ha cambiado, la bajada puede ser muy complicada y llena de caídas. Pero el calorcito, tras unas cuantas horas de sol, ha ablandado esa asquerosa costra que tanto miedo nos da y podemos disfrutar, de lo que sin duda ha sido una de las mejores bajadas del invierno. Nuestras tablas se deslizan pendiente abajo dejando tras de sí una traza sinuosa y ondulante que delata nuestros movimientos. Llegamos al bosque y la bajada continúa. Descendemos mientras nuestros cuerpos bailan esquivando troncos y ramas, con la vista fija en el fondo del valle sobre el que nos abalanzamos sin darnos cuenta.

Bajada entre arboles

Y a lo que nos queremos dar cuenta ya estamos en los coches. Momento de júbilo y agradecimiento por haber podido compartir esta actividad tan chula con gente tan maravillosa.

Y eso es todo por hoy. La aventura de hoy se acaba, pero ahí seguirán las montañas, para poder disfrutar de ellas tan pronto como nos sea posible.

Un saludo a todos y hasta la próxima aventura.



















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