jueves, 23 de noviembre de 2017

Pico Collarada. Esperando con ansia la nieve.

Hace ya mucho de la última salida con mis compis del club de montaña As Cimas. Pero como suele decirse, la cabra siempre tira al monte, y es ahí donde he vuelto a compartir un bonito fin de semana con ellos. En esta ocasión nos reunimos para hacer una salida de fin de semana, ascendiendo el pico Collarada, haciendo noche en el refugio junto al ibón de Ip. 

Como soy el último en salir de Zaragoza, me reúno con el resto del grupo en Canfranc estación, donde algunos ya se están pegado un atracón para coger fuerzas. Una vez lleno el buche y preparadas las mochilas nos dirigimos con el coche hacia el Puen d´Arriba cerca de Canfranc pueblo, desde donde iniciaremos nuestra ruta. 

Nada mas salir comenzamos a subir, y como quien no quiere la cosa, vamos ganando rápidamene altura, caminando sin prisa pero sin pausa y charrando a la sombra de los pinos, que nos protegen del calor extraviado del verano, que sigue acompañándonos en estos raros días de otoño. 

Escapando del calorcete otoñal 

Al cabo de un rato, salimos del pinar y disfrutando de las luces que el atardecer proyecta sobre las paredes que nos rodean, continuamos nuestro camino cuesta arriba hasta alcanzar el refugio. 

Subimos dándole la espalda a los Lecherines...
...y mirando de cara al circo de Ip 

Una vez ahí, nos instalamos y pasamos la fría tarde entre chácharas, risas, comida y vino...si amigos, en As Cimas no se hace alpinismo, sino gastroalpinismo. Eso si, como buenos niños, nos vamos a dormir pronto para coger fuerzas para el día siguiente. 

Contrastes luminosos al atardecer 

El domingo amanecemos tras haber sobrevivido a los ratones, que no acabaron apareciendo, y algún que otro oso que se dejo oír durante la noche. 

Con todo listo bordeamos el ibón de Ip, para en poco rato comenzar el ascenso por el pedregal que nos separa del collado. Donde está la nieve cuando se la necesita. Que magnifica sensación esa de dar un paso adelante y tres atrás. 

Caminar buscando nuevos horizontes
A ver si cae una buena...menudo secarral 
Apurando terreno bueno antes de la pedrera 
Con ganas de mucha mas nieve 
De piedra en piedra y sigo porque aun me queda

El caso es que llegamos primero al collado, donde hacemos un descansete, y luego continuamos hacia la cima, ya al calorcito del sol mañanero, que no habíamos tenido por la cara norte hasta el collado.  


Observando el cielo rasgado desde el collado 
Panorámica con los gigantes Midi, Palas y Balaitus de fondo 
Ese equipazo bueno de As Cimas
Sabiñánigo entre las sombras del horizonte 
Jesús posando en la cima

Tras un rato disfrutando de las vistas en la cima, descendemos de nuevo hasta el collado y después hasta el refugio, pasando de nuevo por la pedrera, que nos hace estar con todos los sentidos puestos para no pasar mas rato en el suelo que de pie.

Pala de IP desde el collado de Collarada 

Una vez llegamos al refugio, picamos algo y continuamos el largo descenso hasta los coches.


Buscando el sol y el calorcito 

Os diría que aquí se acaba la aventura de este pasado fin de semana, pero aun faltaba glotonear un poco unos bocatas o huevos fritos con patatas y panceta. No sea que volvamos a Zaragoza con menos peso del que salimos. 

Y ahora si que acaba el resumen del fin de semana. Gracias a los compis por un buen finde de monte. Buena compañia, buen tiempo y buenas risas, que mas se puede pedir. 

Espero que os haya gustado. 

Muchas gracias por seguir mis aventuras y hasta la próxima. 

Sherpa Pirenaico.


jueves, 2 de noviembre de 2017

Chemin de la mâture. Historia del Rey Sol excavada en la roca del Pirineo.

Después de habérmelo recomendado varias personas, el pasado fin de semana me decidí a descubrir este nuevo rincón del Pirineo, en el valle de Aspe, en este caso con la compañía de Cris y Fernando.
Rompiendo las reglas de todo buen dominguero, madrugamos y tras dos horas en coche desde Zaragoza llegamos al parking, desde donde empezaremos nuestra excursión.

Tras estirar un poco las piernas y llenar el buche, nos ponemos en camino. Comenzamos el recorrido ascendiendo suavemente, para llegar en pocos minutos al espectacular tramo del camino tallado en la roca a unos 150 metros de altura sobre las aguas de rio Sescoue.
El origen de este camino, cuya traducción es “Camino de la madera”, se remonta al siglo XVII durante el reinado del “Rey Sol” (Luis XIV de Francia), periodo durante el cual, las pretensiones de construir una gran armada, llevaron a horadar este camino en la roca con el fin de acceder a los grandes árboles de la parte alta valle, imprescindibles a la hora de construir los mástiles de los navíos franceses.

Cuando la roca te cuenta mejor la historia que un libro

Al otro lado del barranco, se alza el fuerte de Portalet, construido durante el siglo XIX con la finalidad de protegerse de una posible invasión española. Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial fue empleado como guarnición alemana y posteriormente como prisión.  

Fort du Portalet

Ascendemos durante más de un kilómetro, tocando con una mano la sólida roca y sintiendo el vacío a nuestro costado opuesto. Un kilómetro que te traslada en el tiempo y te lleva a pensar en lo que debió ser tallar algo así en la dura roca y lo peligroso que fue descender inmensos troncos que se debatían entre mantener el equilibrio o rodar y precipitarse al vacío.

Acabando el tramo rocoso, mientras observamos los rayos del sol colándose entre los collados


Al acabar el tramo de roca, seguimos ascendiendo y hacemos una pequeña parada poco antes de llegar a la granja Perry, donde echamos un trago de agua mientras observamos las vistas.

Inmejorables vistas del Pène d´Udapet

Los rayos llenan los espacios que las hojas caídas van dejando

Fernando y Cris junto a la Granja Perry


Continuamos nuestro camino y tras la granja, nos metemos de lleno en un bosque de cuento de hadas, en el cual las hayas forman un precioso pasadizo que nos envuelve a cada paso que damos.   


Inmensas bóvedas naturales sobre nosotros

Versión maña del Hombre de Vitruvio

Paseando entre pasadizos vegetales

En un momento determinado, nos desviamos levemente de nuestro camino, para acercarnos al puente de Trungas, enclavado en un entorno espectacular. 



Buscando el camino entre las rocas

Aguas cristalinas bajo el puente de Trungas

El trio calavera

Tras las fotos de rigor, volvemos nuevamente al camino, para ascender hacia el collado de Arras donde aprovechamos para comer a la luz del sol. De camino seguimos cruzando bonitos bosques y más adelante, prados con unas vistas increíbles.

La ninfa de los bosques franceses

En esta excursión hasta las vacas tienen los mejores sitios para parar a beber agua y disfrutar de las vistas 


Y ya nos preparamos para encarar el descenso que empieza suave, para poco después incrementar la pendiente, dando lugar a un camino de bajada, que tiene tanto de bonito como de resbaladizo. Si amigos, la combinación de suelo con roca suelta y pulida junto una alfombra de hojas caídas con la llegada del otoño, es perfecta para grabar el premio al tortazo montañero del año.


Caminando entre un manto de hojas que recubre las rocas

Preciosas vistas para acabar el día

El caso es que llegamos sanos y salvos al coche y nos volvemos de nuevo a la capital, habiendo disfrutado de un maravilloso día de monte y descubierto una nueva zona que aun teníamos por explorar. 
Espero que os haya gustado esta nueva aventura y os animo a que os acerquéis a caminar por esta senda con historia que seguro os hará disfrutar.
Y me despido dando las gracias a Cris y a Fernando por haber compartido conmigo esta nueva escapada al Pirineo.
Un saludo a todos y hasta la próxima aventura.