martes, 9 de junio de 2015

Alpine Panorama Trail. Reencuentro de Erasmus y treking por Suiza (Parte 3)

Nuevo día, que empieza con el reto de encontrar las varillas de la tienda, en mitad de la montaña. Cogemos el bus de vuelta a Chevey y mientras unos van a buscar al pueblo, otros subimos por donde habíamos descendido el día anterior. Tras un rato de subida, chapurreamos algo en francés con un ganadero, que nos dice que los había encontrado y los tenía allí en su casa. Así que con un subidón tremendo de euforia, recogemos los palos, corremos colina abajo y nos reunimos con el resto de compañeros para coger nuevamente el autobús antes de que caduque el tiempo de uso del billete. Estamos que no nos lo creemos. Nos ha cambiado la cara a todos.

Ojo a las sonrisas después de encontrar las varillas de la tienda 

Una vez estamos todos en el autobús, nos dirigimos al pueblo de  Jaun, donde compramos comida y bebida para darnos un festín de celebración. Ahí, esperamos a Mar, que se une a nosotros en los últimos días de caminata. Una vez llega, comemos todos juntos, mientras nos ponemos todos al día y celebramos la llegada de nuestra nueva compañera de viaje. Pero nuevamente, el momento de felicidad se va rápidamente. Tenemos que despedir a Elina, que también nos deja a mitad de ruta. Sin duda este último día ha sido una locura entre despedidas, búsquedas y recibimientos.

Jaun

Cascada junto a la cual nos ponemos para pasar el rato, comer y beber

Sidra y cerveza de la zona, helado, pastel de manzana y muchas ganas de terminarlo todo 

Por fin con Mar. Que pena que solo pueda venir un par de días.
Pero bueno, tenemos que continuar, así que nos ponemos de nuevo los mochilones a la espalda y continuamos en dirección hacia Schwarzsee. Subimos durante un rato, hasta alcanzar un refugio, poco por debajo del collado que representa el final de nuestra caminata de hoy. Ahí, tomamos algo en la terraza del refugio, mientras disfrutamos de las vistas. 

Refugio con el pico Chörblispitz de fondo.  

Después, continuamos hasta alcanzar finalmente el collado y buscamos un buen lugar para emplazar nuestro campamento. En estos momentos nos encontramos a los pies del pico Chörblispitz, cuya belleza supera la rareza de su nombre. Sin duda estamos viendo picos con siluetas increíbles, sin necesidad de ascender a grandes altitudes.


Mar disfrutando de su primera tarde de monte alejada del bullicio de la ciudad
Diego y yo con el macizo de Gastlosen de fondo 
Macizo del Gastlosen 
Mar tirando de capacidad fotogénica 
Esa noche Diego y yo volvemos a perdernos por las colinas para hacer alguna foto nocturna y charrar un rato. Sin duda, un placer aprender de un maestro así.

Foto nocturna del pico Chörblispitz
Nuestro último día de travesía, lo comenzamos con mucha calma, desayunando, desmontando tienda y empezando a caminar más tarde de lo habitual. No obstante, el camino hasta Schwarzsee es relativamente corto y cuesta abajo. Tras un rato de pateo y charra, llegamos al lago Schwarzsee donde comemos y finalmente cogemos un bus que nos lleva a Fribourg, para enlazar con un tren dirección Nyon, a una media hora de Ginebra.

Lago Schwarzsee con el pueblo de Schwarzsee al fondo 

Al llegar a Nyon, nos acercamos a la zona del Lago, donde tratamos de encontrar un sitio para tomarnos otra fondue de queso. Así que muy decididos y con toda nuestra elegancia mochilera, le preguntamos a un camarero de un restaurante. Pues bien lo creáis o no, nos manda a paseo y nos dice que lo tiene todo reservado. Sí señor, unas doce mesas o más entre fuera y dentro, sin cartelito alguno de reserva, pero resulta que esta todo ocupado. Así que nos vamos a otro bar, donde cenamos de maravilla y a la vuelta pasamos junto al primer restaurante, que está casi vacío.

Callejeando por Nyon 
Ultima tocinada del viaje 

Tras la cena, buscamos un parque un poco aislado y preguntamos a unas chicas y un chico  que están haciendo ahí una hoguera, que si hay algún problema para poner la tienda. Nos dicen que no y cuando nos disponemos a montar tiendas y a dormir, nos invitan a unirnos a ellos. Así que nos estamos un rato de charra con ellos y cuando se van, continuamos un rato antes de apagar el fuego y prepararnos para dormir.

Disfrutando de los últimos momentos juntos


Y nada más que contar, despedidas, dormir un rato y a las pocas horas comenzábamos a marcharnos de manera escalonada a coger nuestros respectivos vuelos y trenes.

La montaña y la naturaleza siempre me ha regalado momentos mágicos. Algunos de ellos los he disfrutado en soledad y han significado muchísimo para mi. Pero otros como los vividos en esta semana han ido más allá. El poder compartir la mayor de mis pasiones, con algunas de las mejores personas que conozco, hace que esos momentos se graben en mi memoria de forma irreversible. Momentos inolvidables como estos, son los que nos construyen como personas y nos hacen ser lo que somos. Por todo esto, GRACIAS COMPAÑEROS. NOS VEMOS PRONTO. 

Hasta la próxima aventura. 




































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