Como muchos otros fines
de semana, vuelvo a contar con la grata presencia de algunos de los amigos del
club As Cimas.
Dan las 8 de la mañana
del domingo y tras haber trabajado toda la noche y haber dormido media hora,
intento salir del cobijo y calorcito de la manta con la que me he quedado
ligeramente indispuesto en el sofá.
Media horita más tarde,
ya con las furgos cargadas, salimos decididos a ascender el Pelopín. Sin
embargo, nada más pasar el túnel de Cotefablo nos damos de morros con la cruda
realidad. El dichoso viento, cuyo propósito para este año es dejar calvas las
cimas del Pirineo, se ha llevado la nieve caída la semana pasada.
Así que raudos y veloces,
lluvia de ideas y…decisión final...nos vamos a esquiar a Panticosa a los
bosques de Yandel.
Nuevamente, al llegar a
Panticosa surgen más problemas. Está todo a reventar de gente y coches. Tras un
rato dubitativo y con algo de bajón por la situación, mis compañeros me
consiguen animar para subir arriba, opción que durante la última media hora, había
sido desplazada por la de volverme a dormir a casa.
Pero el caso es que
finalmente tiramos todos para arriba, ascendiendo por las pistas el tramo
inicial, para salirnos fuera de las mismas en el momento en que tenemos
oportunidad. Desde luego siempre se agradece evadirse y alejarse de la multitud
para disfrutar del monte.
Llegados a un refugio
forestal, situado en pleno bosque, se nos marcha Gema que ha venido de
raquetista y decide bajar por otra senda, para disfrutar de un bonito descenso
al cobijo del bosque. Igualmente, Desi, nuestra campeona de las vueltas María,
decide darse la vuelta ya que anda con la rodilla un poco fastidiadilla.
Así que el último tramito
subimos Marci, Laura, Carlos y yo, rompiendo la capa de nieve que se extiende
ante nuestros esquís, y de tanto en tanto, aprovechando la huella dejada por
los más madrugadores.
Antes de llegar a la
parte alta de Yandel, el viento empieza a rugir con fuerza, azotándonos toda la
nieve venteada en la cara. Así que decidimos quitar focas y hacer el descenso
desde ahí.
La bajada muy bonita
aunque el viento y el frío de estos días han dejado la nieve muy cambiante por
lo que se hace difícil de bajar en algunos tramos, y si no que le pregunten a
Carlos.
Y nada eso es todo,
espero que os haya gustado y que os animéis a esquiar, raquetear, o caminar por
estos bosques mágicos situados entre Panticosa, Hoz de Jaca y el Pueyo de Jaca.
Me gustaría acabar dando
las gracias a mis compis de esquí con la siguiente frase que creo que se
explica por si sola.
"La
felicidad solo es real cuando se comparte"
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