Después de
habérmelo recomendado varias personas, el pasado fin de semana me decidí a
descubrir este nuevo rincón del Pirineo, en el valle de Aspe, en este caso con
la compañía de Cris y Fernando.
Rompiendo
las reglas de todo buen dominguero, madrugamos y tras dos horas en coche
desde Zaragoza llegamos al parking, desde donde empezaremos nuestra
excursión.
Tras estirar
un poco las piernas y llenar el buche, nos ponemos en camino. Comenzamos el
recorrido ascendiendo suavemente, para llegar en pocos minutos
al espectacular tramo del camino tallado en la roca a unos 150 metros de
altura sobre las aguas de rio Sescoue.
El origen de
este camino, cuya traducción es “Camino de la madera”, se remonta al siglo XVII
durante el reinado del “Rey Sol” (Luis XIV de Francia), periodo durante el
cual, las pretensiones de construir una gran armada, llevaron a
horadar este camino en la roca con el fin de acceder a los grandes árboles de
la parte alta valle, imprescindibles a la hora de construir los mástiles de los
navíos franceses.
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Cuando la roca te cuenta mejor la historia que un libro |
Al otro lado del barranco, se alza el
fuerte de Portalet, construido durante el siglo XIX con la finalidad de
protegerse de una posible invasión española. Posteriormente, durante la Segunda
Guerra Mundial fue empleado como guarnición alemana y posteriormente
como prisión.
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Fort du Portalet |
Ascendemos
durante más de un kilómetro, tocando con una mano la sólida roca y sintiendo el
vacío a nuestro costado opuesto. Un kilómetro que te traslada en el tiempo y te
lleva a pensar en lo que debió ser tallar algo así en la dura roca y lo
peligroso que fue descender inmensos troncos que se debatían entre
mantener el equilibrio o rodar y precipitarse al vacío.
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Acabando el tramo rocoso, mientras observamos los rayos del sol colándose entre los collados |
Al acabar el tramo de roca, seguimos
ascendiendo y hacemos una pequeña parada poco antes de llegar a la granja
Perry, donde echamos un trago de agua mientras observamos las vistas.
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Inmejorables vistas del Pène d´Udapet |
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Los rayos llenan los espacios que las hojas caídas van dejando |
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Fernando y Cris junto a la Granja Perry |
Continuamos
nuestro camino y tras la granja, nos metemos de lleno en un bosque de cuento de
hadas, en el cual las hayas forman un precioso pasadizo que nos envuelve a cada
paso que damos.
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Inmensas bóvedas naturales sobre nosotros |
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Versión maña del Hombre de Vitruvio |
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Paseando entre pasadizos vegetales |
En un momento determinado, nos desviamos levemente de nuestro
camino, para acercarnos al puente de Trungas, enclavado en un entorno
espectacular.
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Buscando el camino entre las rocas |
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Aguas cristalinas bajo el puente de Trungas |
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El trio calavera |
Tras las fotos de rigor, volvemos
nuevamente al camino, para ascender hacia el collado de Arras donde
aprovechamos para comer a la luz del sol. De camino seguimos cruzando bonitos
bosques y más adelante, prados con unas vistas increíbles.
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La ninfa de los bosques franceses |
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En esta excursión hasta las vacas tienen los mejores sitios para parar a beber agua y disfrutar de las vistas |
Y ya nos preparamos para encarar el descenso que empieza suave,
para poco después incrementar la pendiente, dando lugar a un camino de bajada,
que tiene tanto de bonito como de resbaladizo. Si amigos, la combinación de
suelo con roca suelta y pulida junto una alfombra de hojas caídas con la
llegada del otoño, es perfecta para grabar el premio al tortazo montañero del
año.
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Caminando entre un manto de hojas que recubre las rocas |
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Preciosas vistas para acabar el día |
El caso es que llegamos sanos y salvos al coche y nos volvemos de
nuevo a la capital, habiendo disfrutado de un maravilloso día de monte y
descubierto una nueva zona que aun teníamos por explorar.
Espero que os haya gustado esta nueva aventura y os animo a que
os acerquéis a caminar por esta senda con historia que seguro os hará
disfrutar.
Y me despido dando las gracias a Cris y a Fernando por haber
compartido conmigo esta nueva escapada al Pirineo.
Un saludo a todos y hasta la próxima aventura.
Gracias a ti por tu compañía y este fantástico reportaje.
ResponderEliminarMagnífico finde, como no podía ser de otra forma, con la compañía de los compañeros de montaña de As Cimas.