Nuevamente con
retraso, pero aquí tenéis la crónica de otra gran escapada por los Pirineos
aragoneses. Se trata de una bonita travesía de dos días, pasando noche en la
Basa de la Mora y cruzando al completo la cresta que une la Peña las Diez
con el Pico Mediodía.
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Ibón de Plan o Basa de la Mora desde la Peña Mediodía
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Cresta desde la Peña las Once hasta el Pico Mediodía |
Comenzamos nuestra
aventura el sábado 27 de Julio en Zaragoza, donde nos juntamos unos cuantos
compañeros del club As Cimas y nos repartimos en coches para dirigimos al valle
de Chistau. Hacemos una parada en Saravillo, donde aprovechamos para comer y
para dejar un vehículo, ya que este, será nuestro punto de retorno. Así pues, una vez con el estómago lleno, nos dirigimos a Plan con los otros coches y ahí
empezamos la caminata.
Iniciamos el
camino por una pista que sale al inicio de Plan, y por la cual continuamos
durante unos minutos, hasta coger un desvío por una senda, que sale a mano
izquierda. Desde este punto, el camino de subida es continuo y sin descanso,
sin embargo al ser por cara norte y al cobijo del bosque, lo hacemos fresquitos
y disfrutando de las vistas a nuestras espaldas. Los minutos y las horas pasan
rápido mientras charramos sin parar, para desgracia de Gema, que piensa “a ver cuándo
narices se callan estos petardos”.
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Iniciamos el ascenso al cobijo del bosque
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Llegamos al plano de la Basa de la Mora |
Finalmente, llegamos
a la Basa de la Mora y lamentablemente nos la encontramos con muchísima menos
agua de la que esperábamos. Una lástima ver así, uno de los sitios más bonitos
del Pirineo. Pero bueno, el sitio sigue mereciendo mucho la pena, y pasar una
noche en un lugar así, junto a grandes compañeros de monte y aventuras, nunca
puede salir mal. Así pues, buscamos
sitio para acampar, al final del ibón, y ya con las tiendas montadas, nos
pegamos una buena cena, esperando que la luna y las estrellas se sumen a la
fiesta.
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Bonito rincón este de la Basa de la Mora, pero el agua debería llegar hasta donde se tomó esta foto |
La noche nos
envuelve finalmente y confiere al lugar un toque mágico. La luz de la luna se
baña en las aguas frías y gélidas del ibón, a las que proporciona un brillo intenso
y unos reflejos juguetones, que no paran de deslizarse por la superficie. Las
montañas que nos rodean, nos envuelven en un manto de luces y sombras.
Simplemente maravilloso poder pasar una noche en un sitio así.
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La Basa al anochecer |
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La luna se asoma por encima de las montañas |
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Durmiendo a la luz de la luna |
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Durmiendo a la luz de la luna 2 |
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Destellos en el cielo |
A la mañana
siguiente nos levantamos sobre las 7 y una hora después, estamos saliendo con
las mochilas a nuestras espaldas hacia la Colladeta del Ibón. Tras un rato de
subida, llegamos al collado y desde ahí, giramos a mano izquierda para encarar
el ascenso final hacia la Peña de las diez.
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Comenzando el ascenso al collado |
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Llegando al collado entre sombras y luces |
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En la cima de la Peña las Diez y con Peña las Once de fondo |
Una vez alcanzada nuestra primera
cima del día, continuamos por la cresta y con puntualidad militar, llegamos a
la peña de las Once. ¿A qué hora?...pues si, a las 11. Al ser esta nuestra cima principal del día, realizamos un parón para hacernos unas fotos y para picar algo.
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Llegando a Peña las Once |
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Macizo de la Maladeta de fondo |
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En la cumbre de Peña las Once |
Tras un rato de vagueo en la cima disfrutando de las vistas, continuamos por la cresta
para alcanzar un rato después la Peña de las Doce, donde algunos del grupo
deciden quedarse a esperar, mientras Marci, Guille y yo continuamos hasta el
Pico de las Doce.
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Cresteando a Peña Mediodía |
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La naturaleza siempre sabe como adaptarse |
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Peña las Once de fondo |
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Cima de Peña Mediodía |
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Centinelas en el horizonte |
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Centinelas curiosas |
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Plan, San Juan de Plan y Gistaín desde Pico Mediodía |
Y bueno ya con
toda la cresta hecha, solo nos queda la bajada por un terreno pedregoso y roto, que nos frena bastante hasta llegar al ibón. Desde aquí, la bajada hasta Saravillo ya la hacemos
más cómoda y a la sombra del bosque, aunque no por ello se hace corta.
Una vez
llegamos, parte del grupo se va a Plan a recoger los otros coches y a su vuelta
comemos algo, antes de volver al calor de la capital aragonesa.
Gran salida, y
muchas risas con este pedazo de grupo de compañeros de caminatas y buenos
amigos. Muchas gracias a ellos por regalarme otro gran fin de semana de montaña
y gracias a todos los que me seguís en mis aventuras.
Un saludo a
todos y un fuerte abrazo.
Hasta la próxima.